jueves, 23 de febrero de 2006

POCO QUE CONTAR

No me disgustó del todo ver la nieve. Habitualmente la odio porque está ligada íntimamente al frío, pero esta mañana, incluso me pareció bonita. Estaba en la parada del autobús y, aunque no venía e iba a llegar tarde a clase, no me apetecía nada subir la larga cuesta que lleva al instituto. Siempre digo que me siento como Admunsen cada vez que voy caminando desde la estación de Alcobendas hasta el centro. Hoy, no sólo lo hubiese parecido, sino que hubiera sacado mi bandera de Fuenlabrada y la hubiera clavado en el césped del IES nada más llegar, jeje. El autobús vino después de 20 minutos. El termómetro marcaba 2 grados bajo cero. Ha sido una auténtica tortura esperarlo, pero, al menos, no tarda tanto en aparecer como mi adorado veranoDe verdad, no entiendo, cómo a alguien le puede gustar el frío, jejeje.

Después, para variar, he tenido guardia de patio el día más frío de la semana. Siempre me toca los jueves y, estoy comprobando en mis carnes como el mal tiempo se burla de mí, ensañándose más ese día de la semana que el resto -quitando el fin de semana, claro, que, por joder, también hará más frío.

El caso es que ahora mismo estoy sintiendo una especie de culpabilidad por hablar del clima, jeje. Supongo que eso significa que quiero escribir, pero que no tengo nada que contaros. La verdad es que me faltan las ideas. Debe ser por haber estudiado la oposición durante más de dos horas diarias dos días seguidos, jeje. Y, bueno, también es porque tengo la cabeza en otra parte, justo en unas letras que "Alguien" ha dejado en mi cuaderno esta tarde mientras iba al servicio. Es impresionante lo que pueden emocionarte unos pocos fonemas en un momento determinado de la vida (ya se me nota que estoy estudiando, qué nivel, jajaja).

Tengo frío, mi madre se ha vuelto el Hitler de los cigarrillos ¡y pensar que antes ella también fue judeo-fumadora!, me regaña por cada cosa que hago, amenaza con quitarme Internet y, por último, critica-cosa increíble-que vaya a la Biblioteca.

-Hola Pepi, ¿qué tal tu hijo?

-Mal, es un cabronazo, fuma porros todo el día, le detuvo la poli el otro día por quemar 8 papeleras, esnifa coca, nos pega y nos grita. ¿Y tu hija Begoña?

-Mal, es una cabrona, fuma tabaco y va a la Biblioteca.

Como veis es un poco surrealista. En realidad, no quiero pecar de ingenua. Mi madre se cabrea por la inverosimilitud de que yo pase el tiempo en una biblioteca por dos motivos:

a) No se puede fumar

b) No se puede hablar

¿Y qué es lo que hace Bego todo el día?

Fumar mientras hablo y, a veces, hablar mientras fumo.

Después, ya harta de su acoso detectivesco (desde que Jessica Fletcher se fue de la tele, mi madre quiere ocupar su lugar), le he dicho que aunque estuviese en una bacanal romana, no podría decirme nada, que soy más vieja que Carracuca (por cierto, si alguien sabe cuántos años tenía, que me lo diga). Como lo de la Bacanal no le hizo tanta gracia como a mí, me puse a darle clases de lo que había estudiado. Me mandó callar, creo que el culto a Baco siempre es más entretenido que la Morfología y Lexicografía históricas.

Después he venido aquí un rato a relajar mi mente (vine en el tren con la Psicología del Lenguaje), que es más rollo que un telemaratón de Cine de Barrio y aquí me tenéis, intentando llenar la entrada de hoy para que no se diga de mí que soy una vaga y que no escribo. La verdad es que, los que me leéis, últimamente, no os podéis quejar.

Mañana he quedado con Julio y con mi amiga Sory para contarles mis últimas hazañas en directo. Los que me conocéis más, ya sabéis lo que me está pasando, los que no, pues tampoco os lo voy a contar. Quedaré tarde porque quiero estudiar. Ahora que he cogido el ritmo, no quiero perderlo. Y ahora que mi trabajo es un chollo, tampoco. Hoy he perdido tres horas de clase para llevar a mis alumnos de excursión al cine, a ver Los Increíbles. Como me parece un rollo increíble (valga la redundancia), me he dormido tan a gusto. Los alumnos se reían de mí, pero, qué queréis, duermo 3 horas diarias y no me gusta nada esa peli. Normalmente, las pelis de dibujos de ese tipo me suelen encantar: La edad de hielo, Toy Story, Shreck, Monstruos..., pero ésta tiene algo que me aburre soberanamente, no sé qué es.

Como estoy algo espesa y, sobre todo, muy cansada y tengo ganas de acabarme una historia gótica que he dejado a medias hace un rato de una recopilación que me ha dejado mi gran alumna (y futura literata), Rebeca, me voy a ir despidiendo ya.

Un besazo enorme a todos.

BESOS ESPECIALES POR ENCIMA DE LA MESA PARA TI...






1 comentario:

  1. Menos mal que no tenías nada de que hablar niña. hola, que soy un maleducado, pero es normal fui a un colegio de curas donde me daban mas leña que toda la que sacan del Amazonas en un año.Que no te gusto los increibles!!!! pues comom se entere mi sobrino verás, la vi con el, he visto más pelis de dibujos en los ultimos cinco años a cuenta de un sobrino que en toda mi triste infancia. Por cierto el niño me sale algo cinefilo y le sorprendi a sus recientes nueve años viendo pelis de esas raras que yo me veo y que en mi casa no comprenden...y eso dobladas al castellano.
    La nieve....no me gusta nada aunque puse fotos en mi blog ...las hice porqueestaba de expedición....tenia que ir al bar del pueblo a ver a mi Racing. No podía ir en coche asique gracias a la nieve me equipe con bastón incluido y ala national geographic presenta "De casa al bar ( y vuelta) ".Aunque el frio no me disgusta en absoluto, ni la lluvia que me encanta...el calor lo odio,me supera.
    Me alegro de que más o menos todote vaya.....que te vaya vamos y hablando de dibujos porque sera que me da la impresión que eres un poquillo como la mula de shrek...me refiero por lo de hablar mucho. Un besuco de la sombra deun triste poeta.

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