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domingo, 24 de junio de 2007

MANIFIESTO VAMPÍRICO

Ellos se pudren. Da igual que sean héroes o villanos, bellos o engendros, sabios o necios. Todos, Todos Ellos, se pudren lentamente bajo la tierra. La blanca mano que tengo entre las mías, ya se está corrompiendo por segundos. Ellos, Tú, os dehacéis poco a poco sobre vuestras osamentas. Bien conozco tu naturaleza y puedo comprender vuestra negativa universal a comprender lo más certero bajo el sol.

Buscadores de inmortalidad, sedientos de infinito, parcos de palabra y ciegos por voluntad propia...Contradicciones que respiran sin pensar en que uno de esos compases voluntarios, será el último aliento. Gastadores de tiempo, viciosos, inmundos drogadictos de la ignorancia. Eso sois, mortales, y yo os compadezco.


Yo no me pudro porque ya estoy muerto y lo comprendo. Son los cambios inesperados los que perturban al hombre. No importa que haya sido un ganador o un perdedor infame, un altruísta o el egoísmo personificado, un hombre humilde o un soberbio. Yo, Todos los Míos, caminamos sobre la tierra que vosotros abonáis con esa carne vuestra que, en otro tiempo, fue una y animada. Bien conozco mi naturaleza y es por eso que afirmo, que la Muerte es lo más cierto bajo ese sol del que estoy privado.

Admirador de la mortalidad, sediento de sangre, exhausto de cabalgar por el infinito, locuaz hasta el hastío y vidente, a mi pesar. Ser que respira sabiendo que está obligado a ello, que se angustia porque no puede dejar de inhalar y exhalar como un fuelle: incansable; Como un péndulo: imparable. Visionario del tiempo, inapetente por haber experimentado ya la sumisión a todos los vicios; triste observador en el País de los Ciegos. Ese soy yo, El Vampiro, ¡Compadecedme!


Nota: Este es el texto del que os hablaba el otro día (el que escribí cuando estaba de guardia). Rogaría que me comentaseis qué os ha parecido. Un beso (y sigo sin hacer posdatas por los motivos indicados en el blog anterior).

*Aunque esta entrada se la dedico a mi amigo José, que hoy ha sido su cumpleaños. Besos, jovenzuelo-abuelo

GRACIAS A JOSÉ LUIS Y PAU (sois de los poquitos que me comentáis en esas etapas en las que tengo novio. Sed bienvenidos siempre).

domingo, 16 de julio de 2006

CONFESIONES PARA LOS MORTALES

Si por azar vuestros ojos alcanzasen a ver lo que es, no querríais ni de lejos requerir el regalo de los siglos. Saldríais corriendo hacia vuestras casas y sellaríais la puerta con 7 cabezas de ajo.Os acercáis incautos al monstruo. Bella es la oscuridad y fascinante el misterio, pero si conocieséis la verdadera naturaleza del vampiro os daríais cuenta de que su alma es sólo como un viejo libro amarillo y que su inmortalidad es un precio demasiado caro. Descubriríais con horror cómo las alas se pliegan y se aferran cada vez más al cuerpo y sentiríais el peso de las horas como una soga al cuello. Dormir es, al fin y al cabo, eliminar la mitad de la vida consciente, parar el pensamiento o, tal vez, sacarlo a pasear. Tiene este ser los ojos abiertos y el pensamiento siempre despierto y es su cabeza una noria donde el eterno retorno sube y baja y no tiene principio ni fin. Orad porque la Muerte de un soplo os quite la vida, resistid el vértigo del colmillo y soñad vuestras noches mientras yo, sin otro remedio, velo sobre vuestras cabezas, contemplando de lejos aquella necesidad de inmediatez que proporciona el tiempo finito. He de estar aquí por siempre. Esta es mi condena y esta es mi guarida. Salid, salid de aquí, antes de que sea demasiado tarde y la piedad desaparezca de este ser que no dudará en perforaros la yugular si el hambre lo atenaza. Debéis marchar. Si os quedáis, seguid leyendo...quizá al final, seáis también una sombra...

En fin, que me apetecía escribir alguna gilipollez porque no puedo dormir y, como en mi novela Fabrizio anda perdido y no sé dónde está, pues os dejo aquí unas líneas sangrientas que se me acaban de ocurrir. En cuanto al enigma de Fabrizio, ya va siendo hora de que lo revele. Hubo muchas preguntas acerca de este personaje, mitad carne, mitad sombra y nadie sabía muy bien qué era. Ni siquiera yo misma. Fabrizio era el nombre del personaje protagonista de la novela de vampiros que estaba escribiendo, pero un amiguete me recordaba un poco a él y, bueno, también lo llamé de esta forma alguna vez. En realidad, no sé quién fue antes, si Fabrizio o el amiguete. No sé si me inspiré en el amigo para crear al monstruo o si me busqué un amigo similar al personaje por estas tontas ansias de inmortalidad que siempre tuve. El caso es que los dos, personaje y persona ya no pertenecen a esta realidad y aunque quise recuperar al personaje, no pude traérmelo de vuelta porque, quizá sin la persona, no pueda regresar o, tal vez los dos son la misma cosa, qué se yo.

No puedo dormir, no puedo regresar al mundo de los vivos. Ahora mismo llevo unas tres horas de sueño en un periodo de 72 horas o algo así. Estoy hiperactiva y no puedo parar de moverme. Tampoco tengo ganas de que la sangre se derrame. No tengo tampoco hambre, por el momento estáis a salvo.

Me retuerzo, me divierto de pronto, camino por los pasillos como un fantasma. Recibo una llamada y no tengo nada que decir, parece como si las palabras se me hubiesen volado. Intento dormir la siesta, el sol siempre me invitó a cobijarme, mas , como si estuviese al acecho, velo; veo vídeos musicales, recibo una llamada más, esta vez más molesta y cuelgo de pronto. Salgo a la terraza, recojo la casa, hago la cama y me voy a la calle. Camino cuesta arriba, el sol hace que mis huesos se disuelvan. Creo que pronto me desvaneceré y nadie sabrá que pasé por allí. Me siento en un parque y miro un árbol. La Cocacola y el cigarrillo no me saben a nada, voy a la tienda, los chinos se ponen contentos-dieciséis Cocacolas-giró la llave, observo el estúpido tachón que hay en todos los ascensores y pienso que en todos los bloques de vecinos existe un idiota al que le hace mucha gracia lo de "Pidan que los niños viajen solos". Recuerdo que la primera vez que descubrí las fechorías de un "Borrador de Prefijos", también me reí y me pareció sumamente ingenioso, pero no sé, supongo que las acciones repetidas, que los chistes que se cuentan miles de veces, pierden toda la puta gracia. Entro en  casa, veo la tele. Recibo un sms, hago una llamada, veo la tele y me bajo música de Internet (no soporto vivir sin rock español ni un día más), me llaman y a la persona se le va la batería nada más decirme "hola"; me vuelven a llamar y esta vez sí me agrada. Vengo aquí, me siento ante el ordenador. Busco a Fabrizio. La última vez que lo vi tenía una conversación con Hades en una azotea. Los dos se habían marchado y hoy sé que mi novela se perderá entre tantos papeles y que no tendrá su final. Mejor así, ¿qué mejor final para una historia de vampiros que no tener final? Algo sin final, sería inmortal, como ellos. ¡Qué más da si mi novela reposa en un ataúd o en una vieja caja de zapatos junto con otros cadáveres pasados! ¡Qué importa no acabarla! En realidad, nada o pocas cosas me importan, pero, como dice El Último de la Fila "Pero de algo hay que escribir". Por eso estoy aquí una vez más, haciendoos compañía, si en algo os puede acompañar un ser insomne y loco como yo.

Creo que Nel, no sólo por ser mi primer lector, sino también por parecerme alguien muy sensato y por ser compañero de Cocalightómanos Anónimos, tiene razón en que últimamente, abuso de las dedicatorias. Los que me leiáis al principio de los tiempos, recordaréis que apenas hacía alguna; pero luego, mi desmedida afición a ordenar las cosas de 10 en 10 (hasta los novios, jajaja), me hizo desbordar y llenar el blog de gente cuando se suponía que éste iba a ser un lugar solitario.

Hoy opino que es mejor una sola y que, además sea velada porque, aunque no lo podáis creer, mis P.D.1. son carnaza para el cotilleo y no pocas personas me preguntan quién es el destinatario y, cuando no se les dice, lo encuentran igual y lo investigan como Don Hércules Poirot, ¿verdad?

Así que he decidido ser discreta con la identidad de los demás, aunque no pueda serlo con la mía por este afán de compartir inquietudes y este castigo de ser ave nocturna. A partir de hoy, pondré más contenido en los blogs y menos nombres en las dedicatorias que, si en verdad van siempre para personas que quiero, también es cierto que no todos merecen estar aquí todos los días. Esto es una casa al fin y al cabo y no es cuestión de organizar siempre una fiesta abarrotada.

Como me apetece seguir aquí un rato planeando sobre vuestras durmientes cabezas, os contaré que a finales de esta semana, sabré  por fin el resultado de mi Oposición y que, además, como los del Tribunal, pondré aquí una lista con los invitados a la Pseudoboda de Camacho, que, en realidad, son los tres días de juerga que me voy a pasar si salgo bien parada. Así que ya sabéis, si hay suerte para mí. estad pendientes de la lista de los aprobados que os pondréis las botas a mi costa.

Aparte, quiero hacer un llamamiento a mis queridos alumnos. Si a vuestra profe se le da lo suficientemente bien como para estar todo el curso 2006-2007 en un mismo centro, estáis invitados a una comida (supongo que por la noche no podéis salir y que, además, ir con vosotros de juerga me haría más vieja de lo que soy). Así que ya os diré. La ventaja que tenéis sobre mis colegas es que a ellos sólo les invitaré si saco plaza fija y, a vosotros, con una vacante, os basta. Por algo sois mi mayor motivación en esta cruzada.

No sé si ir a ver una película, no sé si empezar un nuevo relato, no sé si llamar a alguien para charlar un rato, no sé si oir música. "Sólo sé que no sé nada" dijo Sócrates y qué razón tenía el tío.

El viernes noche me perdí. Salimos, nos divertimos y todo fue bien, pero pasé por el Callejón del Gato y más me hubiera valido correr al pasar por ese breve tramo hipnótico. Después, en los bares, todas las personas parecían salidas de los espejos cóncavos y convexos y tuve momentos de verdadera caída vertiginosa. Hasta me tuve que agarrar para no resbalarme. A ratos me marchaba, a ratos regresaba con mi gente. Pero sabía que, aunque cerrase los ojos, las esperpénticas figuras seguían allí mirándome, gritándome "¡Tú también eres sólo un fantoche, sólo un pelele, sólo un trapo que, como nosotros, no es visto por nadie!

Mejor hubiese sido para mí, al pasar por allí, salir huyendo, encerrarme en casa sellando la puerta con siete ristras de ajos y no mirar el modo en que mi imagen perdía fuerza y se tornaba maleable. Mejor hubiera sido para vosotros, no haber llegado a estas líneas. Os lo advertí en un punto en que mi parte humana tenía cierta relevancia. Ahora ya no hay escapatoria. Tocad vuestro cuello y notaréis la calidez de aquello que os hace caminar entre mortales. Veréis con qué premura se derrama gota a gota, discurriendo raudo hacia los hombros, el último vínculo que os unía a los hombres. ¡Bienvenidos a la Oscuridad! Hoy fue la última vez que vistéis el sol.

A mi Compañero de Viaje, alma inmortal que me salvó del Maleficio de los Espejos. Si no fuera una depredadora-cazadora, te lo diría...




martes, 21 de febrero de 2006

Palabras, palabras, palabras...

Desde que era muy pequeña, aunque siempre he sido bastante larga (al nacer me quedaba corto todo lo que me habían comprado), mis letras han estado conmigo. La verdad es que mis padres no quisieron comprarme un pollito (a mi madre le daban miedo y, a mí, en la actualidad, también), ni un perro (a mi madre le daban miedo y, a mí, ya sabéis que me aterrorizan) y, ni siquiera, me dejaron tener una mariquita (por si sirve de algo, también me dan miedo)...Así que me tuve conformar con tener a las letras de mascota. Pasé media infancia leyendo, media escribiendo y los tres cuartos restantes los gasté consumiendo cine, enamorándome y esperando a que llegasen los Reyes. El caso es que las letras no eran malas mascotas. Aparentemente, ensuciaban poco, no requerían dedicación, mimos, ni responsabilidad, no necesitaba sacarlas a la calle y, por supuesto, en mi casa, no le daban miedo a nadie. El único defecto que tenían es que eran como un Tamagochi cruel que se alimentaba de la decepción y la tristeza. Podría contar que tuve una infancia feliz, y, en cierto modo, así parece si la comparamos con otras etapas de mi vida; pero mi cabeza siempre estuvo llena de miedos y de dudas, tampoco dormía por las noches y ya me atemorizaba la idea de la Muerte. Es por eso, que averigüé que mis queridas letras, engordaban como cerdos cuando estos males aparecían y, que, sin embargo, flaqueaban cuando el sol brillaba allá en lo alto o cuando, todavía, eran capaces de emocionarme los fuegos artificiales del pueblo de mi padre.

Eran unas cabronas. Como he dicho antes, unos Tamagochis caprichosos y sádicos.

Todo este rollo, sirve para decirle a José Luis que, aunque se alegre de verme escribir en estado de euforia, esto no ha sido nunca habitual y que, si ahora lo hago, es porque me está pasando algo diferente. Pensaba que sólo la pena era capaz de llenar mi espíritu para que mis letras revivieran. No aguantaba tanta dentro y tenía que soltarla en alguna parte. En realidad, los que me leéis habitualmente, habéis contemplado la basura lacrimosa que saturaba mi alma. Y sin embargo, ahora la emoción se desborda cada día , "Se ha desbocao la primavera", diría Extremo y, sí, creo que es eso lo que me sucede.

He de deciros también que, como toda dueña orgullosa de su asqueroso caniche "Pitiminí", me siento hinchada por los piropos que, últimamente, le soltáis a mis queridas mascotas. Como sigáis enardeciendo mi ánimo literario, cometeré la osadía de regresar a los concursos. Alguna vez gané algo, pero me sobra pereza, no me falta dinero y odio ir a correos, que está tan lejos de mi casa...

Muchas gracias, nada me puede llenar más de orgullo que que alguien me diga que hago bien una de las dos cosas que creo que sé hacer bien en la vida: 1. Escribir, 2. Enseñar. Eso sí, José Luis, si me pagas, te hago las letras que quieras, y si tu grupo y tú os hacéis famosos con la ayuda de mis miserias, quiero mi parte, o, al menos, que digáis que son mías. Prefiero el reconocimiento al dinero. Me encantaría que pequeños alumnos del siglo XXII leyeran mis paranoias mientras una profe encantadora, joven y dulce como yo, jajaja, les dijese: "B. Roldán tuvo vocación literaria desde su más tierna infancia...Tuvo una vida ajetreada, llena de tortuosos romances...Murió a los 180 años, bebiendo una Cocalight, a la que era adicta...Dedicó varios poemas al tabaco, su novio más estable..."

El caso es que vuelvo a la realidad y me veo aquí, paranoica, con mi Coca Light, mi cigarro, mi noche, mis letras gordas de paz interior, mis 4 lectores, de los que me siento orgullosa (bueno, un día demostré que me leían 10, jajaja) y, la verdad es que estoy muy bien tal como estoy. Ahora mismo no me cambio por nadie.



Cambio de tema: Para escritor, el Señor Presidente, que, si bien sé quién es, como ha preferido conservar el anonimato, no seré yo quien lo revele. Eres una de las personas más sensibles que he conocido nunca y tus letras siempre consiguen emocionarme. Me encanta que me compares con la dulce Xío y con la arrebatadora Chan. Es un orgullo que seas mi amigo y, sobre todo, que siempre desprendas tantas buenas vibraciones en todo lo que dices, en todo lo que haces, en todo lo que escribes. Sabes que, en mi biblioteca mental, siempre tendrás un lugar privilegiado, sobre todo, por esa modestia que te caracteriza. ¡Por fin conozco un poeta vivo que no canta! Es para mí, una inmensa alegría que exista al menos uno. Gracias por ser mi consejero y confidente. Besos.

Por otro lado, quiero agradecer a Manu S., el comentario tan chulo que me hizo ayer y, en cuanto a lo de las cajeras, no sé, siempre me han dado mala espina, jeje.


Tengo ganas de escribir, mis dedos se acaban de acelerar cuando les he dicho que debían irse a la cama con el resto de mi cuerpo. Quieren quedarse aquí pisoteando el teclado. Debe ser porque aún no he tenido palabras para TI. ¿Pero es eso cierto? Podría parecerlo, pero mientras estas letras acampaban a lo largo de este texto, estabas en mi pensamiento todo el tiempo. A veces, como un tranquilo reflejo, a veces, como una llama. Es curioso como, de repente, alguien aparece y se convierte en imprescindible. Hace menos de un mes, eras un eco lejano. Interesante y llamativo, pero tan sólo un proyecto de lo que podía haber sido y no fue, porque alguien se te adelantó. Si, ciertamente, te hubiera conocido antes, eso nunca hubiese sucedido. Hoy, sin embargo, ya no eres un eco, eres como mi sombra y estás tan cerca de mí como ella. A veces, cuando hago las cosas, pienso que me estás contemplando. En muchos instantes, sonrío para ti, aunque no puedas verme. Por fin le hallo sentido real al poema de Salinas de "¡Qué alegría vivir, sintiéndose vivido!"...

Y no te preocupes si otro día me encuentras la voz amortiguada. A menudo, una simple nube, es capaz de deprimirme. Ya el invierno es demasiado largo, la espera por verte se me hace espinoso camino, y, el frío, sin tenerte al lado, es francamente insoportable.

Tengo ganas de mirarte a los ojos ya. Besos.



Podría marcharme ya con Morfeo, pero he de decir algo. Esta tarde, he estado debatiendo sobre si es mejor estar gorda o flaca y, como caído del cielo, un rayo ha venido a abrirme los ojos. He visto en la televisión un reportaje sobre la anorexia. Creo que he llorado más contemplando esa realidad, que en cien años. Después, me he comido un Donut y me he sentido francamente feliz por hacerlo. Esta sociedad está creando un gran monstruo del que apenas somos conscientes. Las niñas de catorce años se mueren intentando perder su forma humana y nadie hace nada para que eso no ocurra.


No te preocupes de comer en esta era

preocúpate de parecer ya muerta

el cadáver es bello, les gusta a los modistos,

la talla 34 es la mejor mortaja.


Ponte un vestido y que te sobre tela

no quieras parecer vulgar ni humana

etérea debes ser, vano fantasma

Bécquer así lo dijo

toma nota.


Demuestra que hay costillas debajo de tu piel

enséñanos a todos la triste calavera

que, sin saberlo, llevamos dentro.

Sé un ejemplo de la mortalidad

todos danzamos alrededor del mar,

muéstrame tú su rostro.


Que cuando tu novio agarre tu cara

para besarte

se sienta como Hamlet

mientras le hablaba a Yorik.

"Ser o  no ser gorda,

esa es la cuestión".


No debes ingerir sino el buen aire

en los países pobres

siempre han estado guapas

sin probar alimento.


No existen el amor, ni el futuro,

ni las risas, ni el sol,

ni los padres, ni la edad del pavo

incluso el pavo engorda un poco

y eso, eso, es lo único que debe importarte.


Muere a gusto, delgada

yo entre tanto, me privaré de comerme un bollo

mientras te critico y siento lástima.


TODOS TENEMOS PARTE DE CULPA EN ESTA LACRA DEL SIGLO XXI. NINGÚN OTRO ANIMAL SE DEJA MORIR DE HAMBRE.

De nada servirán mis palabras, de nada lo mal que me siento por haber caído a veces en la maraña de las modas, de nada, este mísero y cutre poema que intentaba ser irónico. Sólo me sirve para rectificar, que, como siempre han dicho, debe ser de sabios, y decir que, sinceramente, es mucho más hermoso ser gorda.

Ahora mismo estoy aterrorizada. No por mí, que ya soy mayorcita y sé que hay que comer para vivir (aunque luego me hinche a fumar), sino por mi prima, por mis alumnas, por mis vecinas de 14, que se obsesionan con frecuencia con el peso. Una de cada dos adolescentes con peso normal, según el dantesco documental, piensa que le sobran unos kilos. Una triste realidad, la verdad. ¿Quién se preocupa del alma?


Soy la persona menos optimista del mundo, soy el ejemplo menos indicado, soy propensa a llorar por cualquier cosa, a entristecerme por un árbol sin hojas que veo desde la ventana, a no dormir por las noches pensando en que todos moriremos. Soy un poco idiota, la verdad, pero, por favor, si en algo podéis apreciar un consejo mío, escuchad éste (robado de Sabina): OCÚPATE DEL ALMA, DIJO EL GORDO VENDEDOR DE CARNE. Él, por supuesto, lo dice con otro sentido, oponiendo contrarios. Eso es lo que quiero haceros llegar: Yo que tanto critico la vida, os incito a vivir. A veces, puede resultar una grata experiencia. Hoy por hoy creo que merece la pena. Muchas veces, he pensado que la merecía. Seguramente, mañana pensaré que la merece y aplastaré mi último cigarrillo contra el asfalto. Mi hermano me dijo un día que no fuese necia, que sólo me iban a dar una oportunidad. Esto lo dijo para animarme a que dejara de fumar. Muchas veces le he dado vueltas a esta frase, pero sigo creyendo que soy el muñeco del Super Pang (la culpa la tiene haber pasado media infancia -el último cuarto-en unos recreativos)y que, cuando la gran bola aplaste mi cabeza, todavía me quedarán otros dos muñecos. Todos sabemos que eso es mentira. No somos gatos, no somos quecos con gorra disparando misteriosas esferas. Sólo hay una, como la luna, como la soledad, como La Alhambra. Ni las monedas de 25, ni atrasar los relojes, ni maullar, te van a proporcionar nuevos momentos de gloria. VIVE LA PUÑETERA VIDA, QUE TE QUEDA MUCHA POR DELANTE. ¿POR QUÉ PISAR EL ACELERADOR?


Ahora me siento tan guay, tan moralista, que me doy asco. Es lo que tiene la nocturnidad, se me pira la pinza. Pero hasta los escritores malditos alguna vez se enamoraron. ¿Podréis perdonarme, amigos de la oscuridad, mis ganas de vivir?