martes, 21 de febrero de 2006

Palabras, palabras, palabras...

Desde que era muy pequeña, aunque siempre he sido bastante larga (al nacer me quedaba corto todo lo que me habían comprado), mis letras han estado conmigo. La verdad es que mis padres no quisieron comprarme un pollito (a mi madre le daban miedo y, a mí, en la actualidad, también), ni un perro (a mi madre le daban miedo y, a mí, ya sabéis que me aterrorizan) y, ni siquiera, me dejaron tener una mariquita (por si sirve de algo, también me dan miedo)...Así que me tuve conformar con tener a las letras de mascota. Pasé media infancia leyendo, media escribiendo y los tres cuartos restantes los gasté consumiendo cine, enamorándome y esperando a que llegasen los Reyes. El caso es que las letras no eran malas mascotas. Aparentemente, ensuciaban poco, no requerían dedicación, mimos, ni responsabilidad, no necesitaba sacarlas a la calle y, por supuesto, en mi casa, no le daban miedo a nadie. El único defecto que tenían es que eran como un Tamagochi cruel que se alimentaba de la decepción y la tristeza. Podría contar que tuve una infancia feliz, y, en cierto modo, así parece si la comparamos con otras etapas de mi vida; pero mi cabeza siempre estuvo llena de miedos y de dudas, tampoco dormía por las noches y ya me atemorizaba la idea de la Muerte. Es por eso, que averigüé que mis queridas letras, engordaban como cerdos cuando estos males aparecían y, que, sin embargo, flaqueaban cuando el sol brillaba allá en lo alto o cuando, todavía, eran capaces de emocionarme los fuegos artificiales del pueblo de mi padre.

Eran unas cabronas. Como he dicho antes, unos Tamagochis caprichosos y sádicos.

Todo este rollo, sirve para decirle a José Luis que, aunque se alegre de verme escribir en estado de euforia, esto no ha sido nunca habitual y que, si ahora lo hago, es porque me está pasando algo diferente. Pensaba que sólo la pena era capaz de llenar mi espíritu para que mis letras revivieran. No aguantaba tanta dentro y tenía que soltarla en alguna parte. En realidad, los que me leéis habitualmente, habéis contemplado la basura lacrimosa que saturaba mi alma. Y sin embargo, ahora la emoción se desborda cada día , "Se ha desbocao la primavera", diría Extremo y, sí, creo que es eso lo que me sucede.

He de deciros también que, como toda dueña orgullosa de su asqueroso caniche "Pitiminí", me siento hinchada por los piropos que, últimamente, le soltáis a mis queridas mascotas. Como sigáis enardeciendo mi ánimo literario, cometeré la osadía de regresar a los concursos. Alguna vez gané algo, pero me sobra pereza, no me falta dinero y odio ir a correos, que está tan lejos de mi casa...

Muchas gracias, nada me puede llenar más de orgullo que que alguien me diga que hago bien una de las dos cosas que creo que sé hacer bien en la vida: 1. Escribir, 2. Enseñar. Eso sí, José Luis, si me pagas, te hago las letras que quieras, y si tu grupo y tú os hacéis famosos con la ayuda de mis miserias, quiero mi parte, o, al menos, que digáis que son mías. Prefiero el reconocimiento al dinero. Me encantaría que pequeños alumnos del siglo XXII leyeran mis paranoias mientras una profe encantadora, joven y dulce como yo, jajaja, les dijese: "B. Roldán tuvo vocación literaria desde su más tierna infancia...Tuvo una vida ajetreada, llena de tortuosos romances...Murió a los 180 años, bebiendo una Cocalight, a la que era adicta...Dedicó varios poemas al tabaco, su novio más estable..."

El caso es que vuelvo a la realidad y me veo aquí, paranoica, con mi Coca Light, mi cigarro, mi noche, mis letras gordas de paz interior, mis 4 lectores, de los que me siento orgullosa (bueno, un día demostré que me leían 10, jajaja) y, la verdad es que estoy muy bien tal como estoy. Ahora mismo no me cambio por nadie.



Cambio de tema: Para escritor, el Señor Presidente, que, si bien sé quién es, como ha preferido conservar el anonimato, no seré yo quien lo revele. Eres una de las personas más sensibles que he conocido nunca y tus letras siempre consiguen emocionarme. Me encanta que me compares con la dulce Xío y con la arrebatadora Chan. Es un orgullo que seas mi amigo y, sobre todo, que siempre desprendas tantas buenas vibraciones en todo lo que dices, en todo lo que haces, en todo lo que escribes. Sabes que, en mi biblioteca mental, siempre tendrás un lugar privilegiado, sobre todo, por esa modestia que te caracteriza. ¡Por fin conozco un poeta vivo que no canta! Es para mí, una inmensa alegría que exista al menos uno. Gracias por ser mi consejero y confidente. Besos.

Por otro lado, quiero agradecer a Manu S., el comentario tan chulo que me hizo ayer y, en cuanto a lo de las cajeras, no sé, siempre me han dado mala espina, jeje.


Tengo ganas de escribir, mis dedos se acaban de acelerar cuando les he dicho que debían irse a la cama con el resto de mi cuerpo. Quieren quedarse aquí pisoteando el teclado. Debe ser porque aún no he tenido palabras para TI. ¿Pero es eso cierto? Podría parecerlo, pero mientras estas letras acampaban a lo largo de este texto, estabas en mi pensamiento todo el tiempo. A veces, como un tranquilo reflejo, a veces, como una llama. Es curioso como, de repente, alguien aparece y se convierte en imprescindible. Hace menos de un mes, eras un eco lejano. Interesante y llamativo, pero tan sólo un proyecto de lo que podía haber sido y no fue, porque alguien se te adelantó. Si, ciertamente, te hubiera conocido antes, eso nunca hubiese sucedido. Hoy, sin embargo, ya no eres un eco, eres como mi sombra y estás tan cerca de mí como ella. A veces, cuando hago las cosas, pienso que me estás contemplando. En muchos instantes, sonrío para ti, aunque no puedas verme. Por fin le hallo sentido real al poema de Salinas de "¡Qué alegría vivir, sintiéndose vivido!"...

Y no te preocupes si otro día me encuentras la voz amortiguada. A menudo, una simple nube, es capaz de deprimirme. Ya el invierno es demasiado largo, la espera por verte se me hace espinoso camino, y, el frío, sin tenerte al lado, es francamente insoportable.

Tengo ganas de mirarte a los ojos ya. Besos.



Podría marcharme ya con Morfeo, pero he de decir algo. Esta tarde, he estado debatiendo sobre si es mejor estar gorda o flaca y, como caído del cielo, un rayo ha venido a abrirme los ojos. He visto en la televisión un reportaje sobre la anorexia. Creo que he llorado más contemplando esa realidad, que en cien años. Después, me he comido un Donut y me he sentido francamente feliz por hacerlo. Esta sociedad está creando un gran monstruo del que apenas somos conscientes. Las niñas de catorce años se mueren intentando perder su forma humana y nadie hace nada para que eso no ocurra.


No te preocupes de comer en esta era

preocúpate de parecer ya muerta

el cadáver es bello, les gusta a los modistos,

la talla 34 es la mejor mortaja.


Ponte un vestido y que te sobre tela

no quieras parecer vulgar ni humana

etérea debes ser, vano fantasma

Bécquer así lo dijo

toma nota.


Demuestra que hay costillas debajo de tu piel

enséñanos a todos la triste calavera

que, sin saberlo, llevamos dentro.

Sé un ejemplo de la mortalidad

todos danzamos alrededor del mar,

muéstrame tú su rostro.


Que cuando tu novio agarre tu cara

para besarte

se sienta como Hamlet

mientras le hablaba a Yorik.

"Ser o  no ser gorda,

esa es la cuestión".


No debes ingerir sino el buen aire

en los países pobres

siempre han estado guapas

sin probar alimento.


No existen el amor, ni el futuro,

ni las risas, ni el sol,

ni los padres, ni la edad del pavo

incluso el pavo engorda un poco

y eso, eso, es lo único que debe importarte.


Muere a gusto, delgada

yo entre tanto, me privaré de comerme un bollo

mientras te critico y siento lástima.


TODOS TENEMOS PARTE DE CULPA EN ESTA LACRA DEL SIGLO XXI. NINGÚN OTRO ANIMAL SE DEJA MORIR DE HAMBRE.

De nada servirán mis palabras, de nada lo mal que me siento por haber caído a veces en la maraña de las modas, de nada, este mísero y cutre poema que intentaba ser irónico. Sólo me sirve para rectificar, que, como siempre han dicho, debe ser de sabios, y decir que, sinceramente, es mucho más hermoso ser gorda.

Ahora mismo estoy aterrorizada. No por mí, que ya soy mayorcita y sé que hay que comer para vivir (aunque luego me hinche a fumar), sino por mi prima, por mis alumnas, por mis vecinas de 14, que se obsesionan con frecuencia con el peso. Una de cada dos adolescentes con peso normal, según el dantesco documental, piensa que le sobran unos kilos. Una triste realidad, la verdad. ¿Quién se preocupa del alma?


Soy la persona menos optimista del mundo, soy el ejemplo menos indicado, soy propensa a llorar por cualquier cosa, a entristecerme por un árbol sin hojas que veo desde la ventana, a no dormir por las noches pensando en que todos moriremos. Soy un poco idiota, la verdad, pero, por favor, si en algo podéis apreciar un consejo mío, escuchad éste (robado de Sabina): OCÚPATE DEL ALMA, DIJO EL GORDO VENDEDOR DE CARNE. Él, por supuesto, lo dice con otro sentido, oponiendo contrarios. Eso es lo que quiero haceros llegar: Yo que tanto critico la vida, os incito a vivir. A veces, puede resultar una grata experiencia. Hoy por hoy creo que merece la pena. Muchas veces, he pensado que la merecía. Seguramente, mañana pensaré que la merece y aplastaré mi último cigarrillo contra el asfalto. Mi hermano me dijo un día que no fuese necia, que sólo me iban a dar una oportunidad. Esto lo dijo para animarme a que dejara de fumar. Muchas veces le he dado vueltas a esta frase, pero sigo creyendo que soy el muñeco del Super Pang (la culpa la tiene haber pasado media infancia -el último cuarto-en unos recreativos)y que, cuando la gran bola aplaste mi cabeza, todavía me quedarán otros dos muñecos. Todos sabemos que eso es mentira. No somos gatos, no somos quecos con gorra disparando misteriosas esferas. Sólo hay una, como la luna, como la soledad, como La Alhambra. Ni las monedas de 25, ni atrasar los relojes, ni maullar, te van a proporcionar nuevos momentos de gloria. VIVE LA PUÑETERA VIDA, QUE TE QUEDA MUCHA POR DELANTE. ¿POR QUÉ PISAR EL ACELERADOR?


Ahora me siento tan guay, tan moralista, que me doy asco. Es lo que tiene la nocturnidad, se me pira la pinza. Pero hasta los escritores malditos alguna vez se enamoraron. ¿Podréis perdonarme, amigos de la oscuridad, mis ganas de vivir?



















2 comentarios:

  1. Gracias por nombrarme dos veces en tu escrito de hoy. Lo primero que hago cuando llego a la oficina es ver si mi chica se ha ido ya a domrir (esta en Mexico) y leer tu blog que me encanta y mucho mas desde que estas contenta. Yo nunca pense que podria escribir en estado de euforia y si, desde luego que si se puede. No cambies nunca. Beso.

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  2. hola mi niña que te pasa?que no coincido contigo para chatear.
    estas bien?.me tienes muy preocupada,bueno pues me dejarias,mas
    tranquila si me mandaras algun mensaje para tranquilizarme,
    te echo de menos niña mia
    te quieroooooooooooooooooooooo

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