Se acabó lo que se daba
la Sentencia de Muerte estaba firmada
lo malo fue, lo bueno fue
que la pena, la pena de muerte, no apareció.
No hubo lágrimas ni desesperación
sólo confirmación
de lo que era
un torpe final
con una tensa espera.
Lo sabía, lo supe
un día vi que en sus ojos
ya no se escondía el mar.
Siempre presiento, siento
"Labegoadivinalascosas",
coreaban mis amigas del barrio.
Sólo me fastidió esa pizca
de luto
y de falsa aflicción.
Es como si El Padrino
llorase la muerte de Clemenza.
Es graciosa la cobardía humana en ocasiones
y es sumamente irónico
el tener que arrancarle a otro
un "No te quiero" de sus labios.
La verdad, necesitaba oírlo
anhelaba saberlo
Hoy, sobre todo,
necesitaba liberarme.
Esta vez no hay marcha atrás
las aguas de la Estigia
no perdonan
y el barquero no yerra
en su rumbo a la Nada.
Hoy el Destino
me echó una mano
(y, por una vez,
no fue al cuello)
La vida sigue...
¿O quizá empieza?
Sí, quizá empieza.
Por cierto, me hizo gracia que te dieras cuenta por fin de que no tenemos nada en común. Desde mi fosa, te lo llevaba gritando siglos.
P.D.1. Sabes que hoy sólo puede ser a un "Raro" como Yo
ADIÓS, CARLOS. ESTA VEZ ES UN ADIÓS, NO UN HASTA LUEGO.
Bego!; lo siento de veras, no se porque pero sabia que algo asi iba a suceder. Sabes donde estoy para cualquier cosa. Sigues siendo el mismo sol que siempre solo que ahora brillaras con mas fuerza, estoy seguro. Jose Luis.
ResponderEliminarPues yo he ido más lejos que ponerte un simple comentario. Todo sea por que no dejes huérfano esto ni de broma...has sabido tocar mi punto debil jajaja
ResponderEliminarMira mi blog, ya estas tardando