viernes, 10 de febrero de 2006

Así no tendrás que comprarme nada en San valentín, jeje

Se acabó lo que se daba

la Sentencia de Muerte estaba firmada

lo malo fue, lo bueno fue

que la pena, la pena de muerte, no apareció.

 

No hubo lágrimas ni desesperación

sólo confirmación

de lo que era

un torpe final

con una tensa espera.

 

Lo sabía, lo supe

un día vi que en sus ojos

ya no se escondía el mar.

Siempre presiento, siento

"Labegoadivinalascosas",

 coreaban mis amigas del barrio.

 

Sólo me fastidió esa pizca

de luto

y de falsa aflicción.

Es como si El Padrino

llorase la muerte de Clemenza.

 

Es graciosa la cobardía humana en ocasiones

y es sumamente irónico

el tener que arrancarle a otro

un "No te quiero" de sus labios.

 

La verdad, necesitaba oírlo

anhelaba saberlo

Hoy, sobre todo,

necesitaba liberarme.

 

Esta vez no hay marcha atrás

las aguas de la Estigia

no perdonan

y el barquero no yerra

en su rumbo a la Nada.

 

Hoy el Destino

me echó una mano

(y, por una vez,

no fue al cuello)

 

La vida sigue...

¿O quizá empieza?

 

 

 

Sí, quizá empieza.

 

 

Por cierto, me hizo gracia que te dieras cuenta por fin de que no tenemos nada en común. Desde mi fosa, te lo llevaba gritando siglos.

 

 

P.D.1. Sabes que hoy sólo puede ser a un "Raro" como Yo

 

 

ADIÓS, CARLOS. ESTA VEZ ES UN ADIÓS, NO UN HASTA LUEGO.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Bego!; lo siento de veras, no se porque pero sabia que algo asi iba a suceder. Sabes donde estoy para cualquier cosa. Sigues siendo el mismo sol que siempre solo que ahora brillaras con mas fuerza, estoy seguro. Jose Luis.

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  2. Pues yo he ido más lejos que ponerte un simple comentario. Todo sea por que no dejes huérfano esto ni de broma...has sabido tocar mi punto debil jajaja
     
    Mira mi blog, ya estas tardando

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