miércoles, 19 de julio de 2006

Maldita Luna

Me gustaría ahora mismo recostarme en mi cama. El calor está ahí, pero mi pobre espíritu, sólo posee el frío. Los colmillos empiezan a crecer y se me clavan en los labios. Yo intento ignorarlos y aprieto los párpados con tenacidad. Creo que si me sugestiono lo suficiente me quedaré dormida, pero no. Noto como me crecen las alas en la espalda e intentan incorporarme del lecho. "Es tu hora de vagar" parece que dijeran las hojas de los árboles movidas por el viento. Es entonces cuando el mundo de las sombras se ilumina ante mí. Las paredes parece que se ondulan, los rincones más oscuros del cuarto se encienden y los silencios se vuelven tumultuosos. Comprendo entonces que, en cualquier momento, el corazón se me saldrá del pecho. Comienzo a sentir cada parte de mi cuerpo llena de vida, agitándose. Intento controlar el ritmo desbocado de mi respiración angustiada, pero no puedo. Hasta el amanecer, Morfeo me tiene negada su dulce visita y el dios no atiende a ruegos ni a deseos de mortalidad.

Comprendo que nunca podré ser como los mortales. Cierto es que nunca  quise serlo y que yo misma elegí mi condición acompañando a los gatos en sus devaneos nocturnos y fotografiando con el alma a la luna. Ahora ya no hay marcha atrás y lo sé. Jamás mis sueños se podrán juntar con vuestros sueños. Es triste la soledad de saberse vivo cuando otros disfrutan de un caluroso letargo y rendirme a la ignorancia pura y bella del ensueño cuando los demás hacen su vida. Mas yo tomé la senda de la tiniebla y uno sabe, tras siglos y siglos de largo peregrinaje, que se ha de ser responsable con las propias decisiones y que el arrepentimiento no es sino un consejero cruel y malicioso que nos muestra con ironía como no podemos retroceder en el tiempo.

Es por eso que, conociendo mi condición, me rindo a ella y os hablo en esta hora en que nadie profiere un sólo vocablo en este rincón del mundo; en esta hora maldita donde nadie me escuchará. Y serán mis palabras un eco infinito en una larga hilera de noches en vela.

Cuando las escuchéis yo no estaré. Casi nunca la luna puede contarle sus aventuras al sol sino por medio de mensajeros. Este blog es mi nube. A través de ella, os llegará mi mensaje cuando yo me oculte tras las montañas para dejar que mi cuerpo agotado se renueve.

Agradezco las contestaciones que todos los soles me habéis hecho llegar a través de esta nube. Me acompañáis en mis noches con vuestros comentarios.

Nunca quise ser mortal, mas ahora lo anhelo para poder dormir a tu lado. LQYS (Lo Que Ya Sabes).

Fdo. El Cazador Cazado.

4 comentarios:

  1. En plena noche antes me reconfortaba tener la ventana abierta, ver deslizarse los rayos de la luna sobre mis pies, acoger la brisa marina. Pero ahora cuando cierro los parpados pienso que el suave frotar de la brisa no es mas que tus sueves alas que recorren mi espalda para llegar hasta tu objetivo, mi desprotegido cuello.Esta noche cerraré la ventana, aunque lo he de reconocer, es muy difícil resistirse al influjo de la luna.

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  2. En esta hora en que la voz de la ambición calla y la noche pierde su capa de cebolla
    mas superficial dejando al descubierto ese silencio que es mas que intervalo entre sonidos
    y un devenir de barcos perdidos en la niebla encandilados por el faro que en la noche
     mas brilla. heraldo y cancerbera de mis cada vez mas esquivos sueños, compañero en la noche
    y testigo una vez mas de tu incansable, interminable debate de vampiros.
     
    Si no fuera lo que soy, te diría una vez mas lo que nunca dije ni hace falta decir.

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  3. te sales......siempre te sales...vampira,tu historia, tu narracion......ni puto caso al personal que quiere hacerte daño.......aaauuuuuuu!!!!!

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  4. Levántaté de la cama, vístete corriendo, sal de casa, y sigue corriendo, sin parar, hacia las montañas, hacia ese pequeño montículo que tienes delante de tus ojos. Poco a poco se va haciendo más grande, tanto que ya no te abarca con los dos ojos, necesitarías otros cuatro por lo menos. Notas como de tanto correr tus pulmones, esos que hace años utilizabas para respirar, empiezan a pedirte que bajes el ritmo, que no hay por qué correr tanto. Pero sí que lo hay. No sabes por qué pero un motivo seguro que lo hay, y se encuentra detrás de esa montaña, en lo alto.
    Subes por la ladera, sintiendo como se clavan tus gemelos, como duelen las piernas inutilizadas durante tanto tiempo. Pero tu meta está tan cerca...que sigues, que no hay nada que te pare. - Vértigo, que el mundo pare - , recuerdas, y sin parar de correr estás casi en la cima, a punto de culminar tu objetivo, de ver que hay al otro lado...
    El cielo se vuelve más azul, y te paras, de repente. Tu corazón no para de bombear sangre, de bombardear sangre a tu mente, encharcada de rojo corazón, de ríos de amor esperanzador.
    Allí arriba no hay nada. Tan sólo era otro paso más de tu vida, intentando demostarte que tan sólo hay que caminar, por muy empinado que sea la cuesta. porque detrás, seguramente, venga la bajada, y eso siempre se agradece...
     
    Un placer...

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