viernes, 30 de mayo de 2008

Podría...

Podría ponerme a escribir poemas en esdrújulos, posarme en la 5ª Nube, bañarme bajo la lluvia o, simplemente, deslizarme por aquí con el ardiente secreto asomando su luz por las rendijas, con el fuego abriéndose paso bajo los labios.

Podría callar para siempre y sepultar el sentimiento conjuntamente con mi cuerpo, marchar a la cocina, quizá hacerme un Neskuik, coger otra Cocalight y encenderme un cigarrillo más.

Podría llorar de alegría o reír hasta que se me saltaran las lágrimas, abrir la Cocacola y aplacar la sed de esta noche, dormir un rato para que el tiempo se comprima y pasé por mí sin despeinarme.

Podría seguir estudiando como llevo haciendo casi todo el día, continuar mis novelas tullidas, subirme a la báscula y pisotear los kilos que he ido perdiendo con orgullo y firmeza, ganar un maratón de insomnio y una medalla a los ojos abiertos.

Podría fingir que me fastidió que mis amigas no me llamaran para salir hoy, enfadarme tal vez sólo por el gusto de darme importancia, hablar por el messenger con algún noctámbulo clásico (como mi querida Brushi) o jugar un poco con mi brujo abandonado allá en el Reino de los Videojuegos Olvidados.

Podría viajar a través del tiempo y mandar huracanes a los sitios más tétricos para que los borrasen del mapa de mi cerebro, escuchar música, pensar en el futuro o respirar la intensidad de este presente.

Podría mascar chicle, sacar la cabeza por la ventana esperando la decapitación por parte de alguna estrella decepcionada - ya que, podría mirarlas, como siempre, pero no lo hago desde hace cinco lunas.

Podría morir en cualquier segundo si la Pálida Dama quisiera sacarme a bailar, contemplar vuestra muerte si os sacase a vosotros, mirarla a los ojos y decirle que se pire a vivir en los poemas tristes, ignorarla y engañarla con su antagonista.

Podría leer ese libro que me lleva esperando un mes (hablo de tu novela, Juan), darme un paseo de dos metros cuadrados, tumbarme en el sofá y verlas venir con dulzura, tal como vienen haciéndolo últimamente.

Podría llamar por teléfono, charlar con ánimas errantes del crepúsculo, obligar a una porción del mundo a que me escuche.

Podría decir que tengo ideas geniales, vanagloriarme con mis logros académicos, alegrarme de que mi cuenta bancaria se ha recuperado de la anorexia.

Podría hacer dedicatorias, ponerme a ver fotos y rejuvenecerme por instantes, matar ácaros con laca, resucitar flotadores haciéndoles el boca a boca.

Podría esperar al sol, quedarme en esta silla y esperar a que la curvatura de mi trasero desapareciese del todo gracias a la teoría evolutiva.

Podría ponerme a ver series, buscar alguna película que me satisfaga, dormir, tal vez, soñar.

Podría hacer tantas cosas...

Pero no puedo porque lo único que hago últimamente es PENSAR EN TI.

Un cálido beso de los Nuestros.

jueves, 22 de mayo de 2008

Lírica acuática, rítmica, patética e impráctica (con título esdrújulo)





Se me ha ido la olla de forma definitiva. A dos pasos de la oposición, a cero pasos de la felicidad plena y a un paso de la siesta, me ha dado por escribir sonetos sobre el agua desde diversas perspectivas. No conozco la causa. He escrito cuatro del tirón, supongo que unos menos cutres que otros. Os los dejo aquí para legar a la humanidad ociosa un ejemplo de cómo andarse por las ramas en el momento más inapropiado.

 
RÍO - MÍO
Gozo errante de límpidos anhelos                                                                    
tamiz cortante de nítidas esferas                                      
brillante surtidor de enredaderas
recodo celestial de mis desvelos.

Tierra que se separa de los suelos
brío de las corrientes volanderas
reflejo en las pupilas hechiceras
ciprés que se despliega hacia los cielos.

Tenaz ciempiés que boga en treinta mares
alma de luz y corazón de canto
trenza de oro entre los olivares.
 
Río que no te rindes al quebranto
de las nieves eternas y polares
vas cubriéndolo todo con tu manto.
EL PESCADOR
Buscaba sólo una, ¡pobre mortal!
lanzaba al mar sus redes, ¡triste mirar!
porfiaba con la duda, ¡quiso  pescar!
bogaba con sus ansias, ¡bulló la sal!
 
Miraba las estrellas, ¡fe  sideral!
anclaba en los escollos, ¡bramaba el mar!
besaba un pensamiento, ¡supo llorar!
volaba entre gaviotas, ¡aves de cal!
 
Rompía atardeceres, ¡ronco partir!
cosía amaneceres, ¡noche sin fin!
vivía pocas veces, ¡dulce sentir!
 
dormía muchas horas, ¡necio festín!
moría cada día, ¡cruel devenir!
quería como todos, ¡fue su confín!
LA BARCA DE LOS MUERTOS
Barcaza de metal de los Perdidos:
por la Laguna Estigia no hay cruceros
no hay fornidos Apolos gondoleros
ni hay solemnes Virgilios conocidos.
 
Veréis los óseos besos carcomidos
resucitando entre los vertederos
con clamores de sombra plañideros
buscando  excarcelarse del olvido.
 
Seréis de oscuridad y de la Nada
bajo el atisbo vago de Caronte
bajo el influjo gris de su mirada.
 
Se diluirá sin más vuestro horizonte
se volverá de ocaso la alborada
en las aguas tranquilas de Aqueronte.
 EL MAR
Espejo de cristales oscilantes
conciencia de querencias olvidadas
cuchillo de baladas trasnochadas
murmullo de sirenas jadeantes.
 
Morada de Nereidas y de Atlantes
compendio de ilusiones derramadas
contienda de aleteos y miradas
collares matutinos de diamantes.
 
Carácter sin domar en movimiento
amigo sin sentir y sin amar
sosiego del volcán del pensamiento.
 
Pasiones de la escarcha y el glaciar
bramido del planeta, bronco aliento,
destino de mi río: el ancho mar.
 
 Pues ya está. Espero que no seáis cutres y que dejéis algún comentario. Es bastante frustrante tener más de 200 visitas en 24 horas y sólo dos firmitas. Anda, que hace mucha ilusión, joer...
Bueno, un beso "novelejko" para el Rey...
y besos normales en la cara "pa" el resto.
 

martes, 20 de mayo de 2008

EVENTO ¿POR QUÉ?

Muy buenas. El motivo de que escriba esta entrada es que Manuela me ha invitado al evento "¿POR QUÉ?" que ha organizado en su blog y me parece que sólo puedo participar escribiendo desde el mío. Se trata de una iniciativa muy bonita que consiste en escribir cuentos o dar consejos para explicar a los niños ciertas cuestiones de la vida que les intrigan. No sé si se me dará muy bien, pues suelo tratar con adolescentes y a ellos es a los que tengo que liar con historias para que atiendan en clase, pero lo intentaré,  todo sea porque el espacio de Manuela se llene de relatos destinados a tan hermoso fin. He estado leyendo los que allí había y me han gustado bastante. El de Brushi ya lo conocía y me ha encantado volver a leerlo porque es genial ¡cómo se nota que es una mamá dulce y creativa!

Ya os he contado en alguna ocasión que me encanta la mitología porque explica la realidad de una manera poética y simbólica y, de igual modo, disfruto mucho con las fábulas o las alegorías por el mismo motivo. Opino que los cuentos tienen una capacidad didáctica espectacular y, además, estimulan la imaginación infantil. No sé, me ha encantado la idea. Por si queréis pasaros a ver el evento, sólo tenéis que pinchar en la palabra "POR QUÉ" que aparece bajo mi perfil. Os deseo un buen paseo y voy a ver si me invento algo mientras me fumo un piti, jeje. Ahora vuelvo y, si puedo, con un cuento. Como no tengo niños todavía (espero que algún día en un futuro lejano, sí tenga), lo único que se me ocurre inventar son cuentos que me hubieran servido a mí para corregir mis vicios y conductas del presente , jaja. Así que ahí va el primero:

LA REBELIÓN DEL TIEMPO

A Bea no le gustaban nada los relojes. Le parecían feos, aburridos y carentes de sentido. Ella siempre había preferido fijarse en otras cosas de la vida como las nubes, las golosinas, los juguetes y los libros. Los adultos, en especial, sus padres, se empeñaban en la importancia que los relojes tenían para la vida y vivían obsesionados mirándolos. A Bea, le parecía muy cómico que aquellas dos personas que mandaban en la casa y que eran los dueños de su mundo conocido, de pronto, estuvieran dominados por un aparatito tan vulgar. Aquellas dos agujas flacas y desgarbadas les decían cuándo debían salir de casa, cuándo irse a la cama, cuándo cenar y cuándo despertarse. De este modo, Bea se dio cuenta de que todos los humanos eran esclavos del tiempo y que seguían las órdenes de los relojes sin plantearse por qué debían hacerlo.

Lo malo de ser una niña, es que muchas veces, no tienes capacidad de decisión y tus padres deciden por ti. De este modo, Bea se dio cuenta de que, indirectamente, ella también estaba sometida a los caprichos de los relojes y, en especial, de sus odiosos primos hermanos: los despertadores. El reloj, al fin y al cabo, era un enemigo silencioso y tranquilo, pero ¿el despertador? Eso sí que era un auténtico monstruo, siempre gritando y asustando a la gente cuando estaban sumidos en sus sueños más dulces, siempre yendo contra la naturaleza del cuerpo humano, obligándole a desperezarse cuando aún no estaba preparado.

De este modo, Bea decidió rebelarse en secreto contra el dictamen de horas, minutos y segundos; se dijo a sí misma que no haría caso jamás a un maldito reloj y así lo hizo para sentirse libre. Cuando sus padres la mandaban a la cama, ella encendía una linterna bajo las sábanas y leía durante toda la noche. A la hora de ir al colegio, decidió que le apetecía más irse a un parque a ver a los patos cuando hacía buen tiempo. Si, por el contrario, el frío reinaba sobre la ciudad, esperaba a que sus padres se fuesen a trabajar y se ponía de nuevo el pijama y se quedaba entre las sábanas. Si algún día quedaba con otros niños para jugar, Bea nunca llegaba a la hora, tan despreciables eran los relojes para ella.

De este modo, crecía feliz y libre y aunque los demás se enfadaban por su impuntualidad y su falta de responsabilidad, a ella no le importaba porque sabía que los que estaban equivocados eran ellos, que no sabían vivir la vida.

Pero como siempre pasa, cuando olvidas por mucho tiempo algo, ese algo también se olvida de ti y un día, los relojes, enfadados por tanto desplante, decidieron abandonar a Bea para siempre. Cuando la chica creció y se dio cuenta de su importancia, llenó su casa de ellos, pero de nada le sirvió. Éstos se retrasaban a propósito y hacían que Bea llegase tarde a su trabajo, que se le quemase la comida por permanecer demasiado tiempo en el horno, que llegase tarde a todos los compromisos familiares y que se perdiese una interesante cita con un chico muy guapo, pues no sabía cuándo empezar a arreglarse. De este modo, Bea se quedó sin trabajo, sin amigos y sin pareja y se dio cuenta de que no podía vivir ignorando la única forma de organizarse que tenían los seres humanos. Consciente de su error, fue disculpándose con todos los relojes de la casa, incluso acarició al reloj de la cocina y al horrible despertador de Burt Simpson. A partir de entonces, los relojes, que no son mala gente, volvieron a funcionar y Bea, poco a poco, fue haciéndoles caso, aunque nunca se acabó de acostumbrar a su ritmo y siguió siendo impuntual unos cuantos años.

FIN

Bueno, pues ya está. Sé que me ha quedado un poco chapucero, pero qué le voy a hacer, nunca escribo cuentos infantiles. Pero la intención es lo que cuenta ¿no?

Pues nada, aprovecho la ocasión para mandarle un beso a Ángel, el chico guapo de mis citas, y para pedirle perdón por mi impuntualidad, jeje.

También para saludar a mis amigas Moni, Brushi y Rebeca y mandarles un besito porque las quiero mucho; para agradecer a Manuela que me haya invitado a su evento;  para saludar a José Luis, a Don Luigi, a Borja, a Juan G.pintado y a mi Buen Amigo Joko y para saludaros a todos ahora que tengo tan poco tiempo de conversar con nadie.

BESOS A MI MAMUCH, porque me siento muy feliz de que haya cumplido su sueño de ver la Ciudad Eterna (espero que haga honor a su nombre y que siga estando allí cuando yo vaya dentro de un siglo o dos, jeje).

BESOS A MI PAPARL, porque es el que ha hecho realidad el sueño de mi Mami (le regaló el viaje por las Bodas de Plata) ¡qué romántico!

BUENO, BESOS A TODO EL MUNDO QUE LO MEREZCA




sábado, 17 de mayo de 2008

MÁQUINA DEL TIEMPO

¡Maldita máquina del tiempo! ¿por qué me haces esto? ¿por qué no puedes llevarme a futuros brillantes, mecánicos y tecnológicos? ¿por qué no me conduces allá al reinado de las máquinas sin alma, donde la vida sólo sea un chirriar de ruedas y engranajes sin sentido?

Siglo XVI...El despertar de la razón, el malito advenimiento de ese monstruo llamado YO, el regreso a un ya imposible clasicismo, el vitalismo que se ahoga en el llanto de la lluvia de las grandes urbes mientras se sueña con amenos y solitarios paisajes...

-¡Carpe Diem!- repetían todos siguiendo la sabiduría y clarividencia de Horacio. ¡Carpe Diem!, me grito a mi misma. Pero cuando intento "Coger el día", se me escurre entre los dedos como una esquiva trucha y sigue su camino hacia el mar. Edad Media: mar=morir para Manrique, qué mal rollo...Volvemos a los tópicos renacentistas: "Cogite, virgo, rosas" "Coge ,doncella, las rosas", es decir, que ahora que eres una chavalilla deberías aprovechar los frutos de la vida. Busco mi doncellez, pero no la encuentro por ninguna parte. Creo que ya sólo estoy a tiempo de criar malvas, jeje.

"Beatus Ille" (Feliz aquel). Este tópico proviene del primer verso de la Oda a la Vida retirada de Horacio, que luego versionó nuestro Fray Luis. Me encantaría, ahora mismo, apartarme de todo y marcharme muy lejos de las obligaciones y de las ciudades, pero soy consciente de que no sobreviviría sin Cocalight y sin tabaco ni dos semanas. Deprimente, pero cierto.

"Locus amoenus" (lugar ameno). ¿Dónde, en Fuenlabrada?

"Aurea mediocritas" (dorada mediocridad). En el equilibrio, en la normalidad, está la felicidad. ¿Pero qué gracia tendría eso para un egocéntrico? No se puede combinar el antropocentrismo con el equilibrio modesto y la sencillez. ¿Contradicciones barrocas en el Renacimiento?

Después viene el tópico más hermoso "Quotidie mori", que significa, que cotidianamente morimos, que desde que nacemos empieza una cuenta atrás parecida a la del Challenger, sólo que en vez de ascender hacia arriba, caemos hacia el centro de la tierra. Piénsalo bien, lector. Cuando empezaste a leer este blog tenías cinco minutos más de vida que ahora. Es sumamente revelador, tan bonito...¿Alguien tiene una pistola?

Y es que no puedoooooo. Mi temario me deprime, la vida de los poetas, aún más. El pobre Garcilaso se pasó la vida sufriendo por un amor no correspondido, después por la muerte de su amada y, encima, tan sólo duró 35 años y murió de una pedrada en una batalla. Es tan humillante como que te atropelle una Vespa, joder. ¿No podría haber sido una espada, una lanza? En fin, que esta máquina del tiempo sólo sirve para viajar y contemplar, pero no permite la interacción en la historia y es una jodienda porque me quedo frustrada y con cara de idiota viéndolo todo sin poder participar en nada - como cuando ves una porno, jeje- (aunque yo no las vea - soy una dama renacentista - supongo que debe ser ése el sentimiento).

Máquina del tiempo es mi cabeza. Me agobio y me siento en una ratonera de la que no puedo escapar, moviendo los piececillos inútilmente en la rueda, sin llegar a ninguna parte, haciendo el bobo para divertir a los demás. Me angustia el paisaje desde mis barrotes. Nubes negras y árboles óseos con contraídas muecas de dolor. "Bellagio", como "Rosebud", el trineo del pobre Ciudadano Kane. Una y otra vez hoy repiquetea el agua en mi memoria, mientras la música del universo no cesa en su melódico empeño de recordarnos instantes de eternidad que nos son negados.

Presente. Mi habitación desordenada y yo sobre la cama escribiendo para no tirarme por la ventana. Feliz a medias es lo mismo que triste a medias y sólo anhelo que se complete la media luna que alumbra mis últimos cigarros del día. Miedo al acantilado, pasión por los bordes, es lo mismo que temeridad e inconsciencia. Así me hallo, entre la realidad y el deseo, entre el hacer y el divagar, entre reír y llorar. Mantengo el equilibrio y pienso en la dorada mediocridad y, por un lado la deseo y por otro la huyo...¿Incoherencia? No. Alas plegadas, eso es.

Pasado. Maldito el día en que conocí la poesía.

Siglo XV. La Dama nos invita a bailar. "¿Creíais, Begoña, que os íbais a librar?" . Una postrera juerga, qué bien (pero sin vodka, que baile tu padre toda la eternidad).

Siglo XIX. La tempestad desde los recortados montes, desde la nebulosa de Turner, desde la nave errante de Delacroix...El alma con truenos y centellas ¡Vida!¡Pasión! Luego la mitad se pegaba un tiro en la cabeza o soñaba con pegárselo.

Presente. Me duele el cuello y quiero fumar. Tengo que ordenar este caos y empezar a arreglarme porque hoy me toca ir a Madrid en el tren y, si no me voy en breve a la ducha, llegaré tarde. Toda la vida como el conejo de Alicia "llego tarde, llego tarde", sólo que mi celeridad va por dentro. Por fuera, aparentemente, no existen las prisas.

Futuro. Se me han cumplido dos predicciones esta semana. Es genial tener una bola que te dice lo que va a pasar (no hablo de la vecina del 4º). Soy una bruja. Aunque, eso, si me conocéis, ya lo sabéis de sobra.

Futuro inmediato. A las nueve veo a Ángel y eso me ayudará a desconectar un poco de la paranoia. Me relaja su compañía. También me divierte y me agrada, por supuesto.

Presente. ¿Por qué ya no lo dicen los alumnos? Me haría tanta ilusión que lo dijesen...

"Carlos Arroyo"..."Presente!". En realidad, me daría lo mismo que lo dijeran o no. Es sólo una gilipollez más porque no sé qué decir.

Supongo que tras leerme pensaréis que estoy deprimida, pero no es así. Sólo estoy inquieta porque tengo la oposición antes de un mes y no he estudiado absolutamente nada. Apenas he viajado un poquito por las épocas, he hecho una foto y he vuelto a casita a hacer el perro un rato más. No tengo remedio y, como dice la canción, tampoco lo quiero tener.

Un  beso a todos, una dedicatoria a nadie, que hoy me vuelven a parecer un coñazo. Hasta luego (futuro).

martes, 13 de mayo de 2008

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¿Alguien necesita o le vendría bien una compañera de piso?

Se aceptan propuestas y sugerencias

jueves, 1 de mayo de 2008

Algunas cosas


                  Las cosas verdaderamente grandiosas jamás han podido ser transferidas a otras mentes mediante palabras. Loa gestos, en este caso,  son también un poco insuficientes. Yo siempre pongo el ejemplo de las Cataratas del Niágara. No creo que fuera de mi propia cosecha, pero creo que ilustra bien la diferencia entre la contemplación y el sentir y el recuerdo que queremos compartir con gente que nunca estuvo allí. El hombre, que todo lo puede o, al menos, lo intenta, se ha inventado metáforas y otros chismes estudiados por mí para explicar lo inefable, pero, no obstante, creo que se ha quedado corto en su empeño. Nosotros, los dioses de la tecnología, no podemos echar raíces en la empatía porque todos vivimos desde nuestra experiencia y lo único que hacemos cuando alguien nos cuenta su historia, es poner su negativo fotográfico encima del nuestro para ver si encajan y desde nuestra foto, intentamos ponernos en la piel de alguien que nunca fuimos.

                   Nadie puede, pues, saber lo que sentí. Ni siquiera mi “Yo” de ahora es capaz de saberlo. Quedan matices, pinceladas expresionistas, músicas y olores, sensaciones, pero lo que hoy contempla mi cabeza al rememorar no es lo que fue, si es que fue alguna vez y no fue un sueño, que eso, es otra cuestión. A veces, tengo tanta sensación de irrealidad hacia el pasado que me vuelvo loca repitiéndolo una y otra vez en mi cabeza. Está lo que realmente sucedió, lo que yo pienso que realmente sucedió y, luego, lo que yo he recreado como sucedido en mi vano intento de traspasar información a los demás. Como un copista aburrido de calcar lo que ya está escrito, supongo que he ido introduciendo letras y arreglos, pequeñas ficciones que, al final, por reiterativas, se me han antojado creíbles. Hoy no sé distinguir la verdad de las pequeñas cosas que me he inventado a lo largo de mi existencia. Tampoco creo que importe demasiado. Lo cotidiano es tan de uno mismo que no interesa al resto de habitantes del globo lo más mínimo. Tampoco cambiaría nada el hecho de discernir. Hoy sólo busco un camino al que aferrarme para no caer por el precipicio. Y, no obstante, allí me espera la Muerte con los brazos abiertos, su irónica sonrisa y su implacable herramienta hortícola. Creo que hoy, es la primera vez que me planteo que deberíamos actualizar el icono de la Muerte. Muchos de mis alumnos no han visto una guadaña en su vida y he de decir, que yo tampoco. La Muerte hoy, debería llevar minifalda (ya que se lleva lucir cuerpos huesudos) y pistola, como todo asesino que se precie. No obstante ahí sigue, con sus pintas que asustan al mismísimo miedo, que, por cierto, vino a refugiarse dentro de mi corazón y ahí sigue en estado latente esperando saltarme encima en cuanto le deje.

                   Cuando el diablo no tiene que hacer, mata moscas. Yo mato polillas que se cuelan en la cocina mientras hablo por teléfono. Hace al menos un par de semanas que no me encuentro en ese estado. El sueño se apodera de mí y me rapta todos los días, como muy tarde,  a las dos de la madrugada. Creo que lo que me ocurre es que prefiero cualquier cosa a estudiar, incluso dormir de noche. Hoy me he quedado en casa para estudiar un poco y pasar tiempo con mi madre y he visto dos películas y media. La media fue por la tarde, ya que, inevitablemente, me quedé dormida en el sofá (como siempre después de comer). Las enteras han sido Juno y Babel. Creo que por fin he compensado a Mamuch con una buena sesión de cine después de tanto bodrio como vimos hace unos meses. Juno me ha gustado porque me ha parecido muy fresca y emotiva, con unos personajes geniales. La historia no es gran cosa, ni siquiera es muy original (una adolescente embarazada que quiere dar el bebé en adopción cuando nazca), pero los diálogos y los personajes son geniales. Babel me ha gustado bastante y me ha entretenido un buen rato. Los actores lo hacen muy bien y la película te hace reflexionar sobre las diferencias entre los distintos lugares del mundo y sobre la incomunicación entre las personas. Sin embargo, tiene algo que no me ha gustado y es que no se desvela la trama de la muerte de la madre de la japonesa y, como en otras ocasiones, me he sentido un poco estafada. Después, aunque, con sueño, me he puesto a escribir sin pensar en lo que estaba haciendo ni sin saber lo que iba a decir (sabéis que esto también es habitual). Simplemente me pongo a golpear el teclado y ya está, os suelto el rollo.

                   Al final no he ido al Viñarock y siento a partes iguales pena y alegría por ello. Pena porque hoy tocaba Marea y mañana lo hacen Sínkope, Los Suaves y La Fuga. Alegría porque ayer me dio otra vez el maldito dolor del pecho y sólo con pensar que hubiera tenido que soportarlo tumbada sobre una esterilla, se me revuelve el estómago y me angustia. También me alegro porque así puedo pasar más tiempo con Ángel y porque  la ciudad se queda algo más despejada (al menos mi pequeña patria).

                   Estoy en una época de reflexión y cambio, tranquilidad y sosiego espiritual. Sé que necesito cambiar, no en esencia ni como individuo, sino en las estrategias para seguir con mi vida. Por ejemplo, creo que voy a renunciar al viaje a Sicilia con mis amigas para poder sacarme el carnet de conducir este verano. Esto, para la parte que todos conocéis de mí, sería impensable; pero creo que, aunque siempre esté pensando en el “Carpe Diem”, he de empezar a tomar decisiones que me harán la vida más fácil a largo plazo. Me quedaré sin visitar Corleone este año, pero si tengo coche, seré más libre en todos los sentidos el resto de mi existencia. No puedo permitir que las apetencias del momento dirijan mis pasos y tengo, como los Cylones, un plan. Creo que mi objetivo ha de encaminarse a cumplir las metas marcadas que son dos en el plano material (coche y casa para septiembre si es que me lo puedo permitir) y algunas en el plano espiritual que no vienen al caso.

                   Sé que os he dado bastante de lado tanto en el space como en el Messenger, pero es que no tengo ganas de ordenador (últimamente me parece algo cansino) y con el agobio de la oposición y esas cosas, prefiero dormir y olvidar que quedarme aquí y esperar a que los cadáveres salgan a flote. El lunes, sin más retraso, me pongo a estudiar. Hoy he pasado un rato ordenando mi cuarto porque con el caos en mi vida, es imposible que me centre. No puedo entrar allí a buscar un tema y que se me caiga en la cabeza el resto del temario. Ayer tardé eternidades en llegar a mi cita porque me quise cambiar las botas y después de buscar otras, parecía que el Katrina hubiese arrasado mi habitación. Creo que al orden interior sólo se puede llegar a partir del orden exterior, así que me dedicaré a organizar la leonera durante el finde  (el resto del tiempo saldré todo lo que pueda) y el lunes, sin más retraso, me pondré a saco con la opo. MI intención era no perder el tiempo haciendo esquemitas como todas las convocatorias y leerme los resúmenes que ya tengo hechos. Pero, sinceramente, me parece soporífero y prefiero mil veces resumir otra vez y usar mis Pilot y mis rotus fluorescentes, jeje.

                   Me está entrando un pelín de agobio y creo que empezaré a hacerme un horario de estudios o algo así en lo que me quede de insomnio.

                  Supongo que esta es una de las entradas más insulsas y aburridas que he escrito en la vida, pero qué le voy a hacer si estoy estable, feliz y no tengo momentos de delirio. Y qué queréis que os diga: prefiero esto a la capacidad de creación literaria.

                   Tampoco haré dedicatorias hoy porque estoy en un punto de vista en el que me parecen un peloteo innecesario. Muchas veces, por mi puta manía numérica de agrupar las cosas de diez en diez, las hago por hacer y ya estoy aburrida de eso. Ya sabéis quiénes sois las personas importantes para mí y no es necesario que lo repita una y mil veces. Os mando un beso a todos los que me leéis y en especial a la Brushi (que la tengo abandonada en la vigilia) y a Ángel (por razones obvias) y os dejo hasta que me dé la vena de nuevo. Mientras tanto, que la suerte os acompañe.