Ya me voy enamorando de mi querido Madrid de nuevo, Sergiazo. Lo de Granada fue un desliz, jeje. Cierto es que mi chico no es tan mono, que no tiene esos ojos de tuareg que petrifican las almas de las mujeres, que no tiene ese olor a madreselva, ni ese silencio tan sólo quebrantado por el suave sonido de las aguas...Pero, yo que sé, lo amo, jajaja.
Cuando no lo amaba tanto fue esta mañana, mientras me aplastaba una horda infernal de mortales en el vagón del tren, que, cómo no, se averió. Este pobre vampiro, para poder formar en las artes oscuras a pequeños murciélagos, cada día ha de subirse a cuatro abarrotados transportes públicos. Los analizaré uno a uno:
1. El Metro de Fuenlabrada: Es cercano, familiar y novedoso, con lo cual no resulta tan repugnante. Lo único que me molesta es que, sea la hora que sea, como pierdas uno, tienes que esperar mínimamente 6 minutos. ¿Qué son 6 minutos en 27 siglos de vida? Una nimiedad, claro que sí. Pero os juro, que mientras pienso que si ese metro no llega, perderé el tren, se me antojan eternos.
2. El Tren que va a Atocha. Aunque mis delicadas tripas se revuelven cada vez que veo la avalancha que se forma cada vez que se abren las puertas para entrar a coger sitio, normalmente consigo sentarme y ya con eso soy más que feliz. Ahora comprendo por qué de pequeños nos enseñaban a jugar a ese absurdo juego de las sillas en el que, al parar la música, te tenías que sentar y quitarle el sitio al otro. En realidad, pensábamos que era un jocoso divertimento para sentarte en las rodillas del chavalín que te gustaba como por accidente. Pero no, como a los pequeños niños de Esparta, nos estaban preparando para la dureza de la vida, para la competitividad entre semejantes, para la avaricia...Es decir, nos enseñaban como hacer el buitre carroñero con los asientos libres del tren. Ahora menos, pero antes, incluso ideaba planes que nada tenían que envidiar a los del mejor estratega, para poder acomodar mi culo. Por ejemplo, sabía que al lado del foco que estaba a unos centímetros de la máquina de Cocacola, se abría una puerta del vagón. Si me sitúaba allí, me sentaba seguro porque era la primera en entrar. Ahora no es que mi moral sea más elevada, es que no me sé ningún truco vil y las putas gentes me arrinconan y me quitan el sitio. En estos casos es donde surge la semilla del odio. Cuando una pobre y educada chica como yo, está esperando el tren durante seis minutos y, de repente, cuando va a llegar, siempre una puta gorda que nunca estuvo allí, me empuja y entra antes que yo y se acomoda con sonrisa complacida; empiezo a hablar en voz baja y a despotricar. También miro a la usurpadora para que se sienta culpable, pero ella está tan feliz, leyendo a Corin Tellado.
3. Tren de Sanse. Peor aún. El Andén 1 de la Estación de Atocha parece el camarote de los Hermanos Marx; es decir, cuando ya piensas que en un sitio tan estrecho no pueden caber más, siempre aparece alguno. Es como los chollos chinos: Por mucho que creas que no hay nada peor que ese Buda dorado con ojos rojos de rubí, siempre hay algo más hortera. Pues en este andén, cuando crees que las masas harán que tu frágil cuerpo acabe con su miserable existencia cayendo en la vía y te apartas hacia atrás para que esto no ocurra, viene una nueva marabunta y te vuelve a empujar inexorablemente hacia el abismo. Lo más gracioso, es que cuando tienes miedo de que el vagón te haga un peeling facial, resulta que la puerta acaba a tres metros de tu pobre nariz y que tú, que estabas casi rozando la muerte al borde de la vía, ahora eres el último mono y que cuando, tras media hora, por fin te toca entrar (a presión, claro), llega la gorda de siempre, te empuja y debes esperar otro tren.
4. El autobús de Sanse. Mola, pero me presiona bastante porque sólo hay uno que da la vuelta a todo el pueblo y, si no lo cojo, he de escalar el Everest, como ya os conté en otras ocasiones. (El caso es que mi pobre trasero no pueda descansar).
Por tanto, tras esta gratificante exposición de mis bonitos viajes por Madrid (ni Ulises sufrió tantos percances), os contaré algunas otras cosas, que hace días que no escribo, y ya se van debiendo.
Lo primero es una protesta, tras la cual, los amantes de los animales, me pondrán más verde que a la Rana Gustavo, pero, sinceramente, me da igual. Es lo que pienso.
Resulta que un policía puede ingresar en prisión de 1 a 3 años por haber matado a un Pitbull.
No me gustan los perros y todos lo sabéis, pero, antes de que os echéis a mi cuello, diré que no defiendo la violencia de ningún tipo, tampoco contra los animales, ¿ok?. Sin embargo, me parece irónico, que en un país donde los asesinos andan sueltos con permisos penitenciarios, donde Otegui se pasea por los micrófonos alardeando y donde los chavales de diecisiete años pueden matar y descuartizar con total impunidad; el peligro público número uno, sea un pobre poli que no conocía otra forma de paralizar al tremendo animal.
Lo que ocurrió fue lo siguiente: Una señora llama a la policía porque un Pitbull se ha metido en su jardín y tiene una actitud muy agresiva. El perro en cuestión, ni estaba registrado por sus dueños en la lista de perros peligrosos (en la cual, por ley debería estar), ni estaba debidamente atado en su jardín. Cuando llega el poli, el perro está enfurecido y el agente, sin saber qué hacer, le pega un tiro al perro, con la mala suerte de que lo mata. Pues ahora, los defensores de los animales, piden cárcel para este hombre, y, lo peor, es que la justicia los hace caso. Claro, lo mejor es esperar que el pobre perrito devore al miserable hombre cuando intente cogerlo-en cuyo caso no pasaría nada ni al perro ni a los dueños. No es la primera vez que uno de esos perracos ataca a una persona y la negligencia de los dueños debería ser castigada. No es normal tener un perro de raza peligrosa y no controlarlo.
Pero bueno, no quiero crear polémica, tan sólo decir, que me parece repugnante como este tipo de asociaciones se preocupan más de la integridad de los animales que de las personas. ¿Qué podía hacer esa vecina con un perro enorme furioso en su jardín?¿Qué podía hacer el poli?, Joer, no nos engañemos, un Pitbull no es un caniche al que coger en brazos.
Cambiando de tema: Esta semana, la monstruosa enemiga de los pobres Pitbulls (así me apodarán los puristas amantes de las bestias), tiene las evaluaciones, con lo cual, estaré super líada. Mis niños de 1ºA y de 4º de Diver, lo han hecho bastante bien y estoy muy orgullosa del trabajo que han hecho conmigo en general. Con los de mi tutoría, 1ºC, mis verdaderos hijitos, estoy más disgustada. A veces, mi clase parece una feria en lugar de una clase.
Al final he sido buena y condescendiente, a pesar del horrible examen que me hicieron algunos. Espero que me voten para la canonización cuando la guadaña me siegue y me nombren "Patrona de la paciencia hacia los alumnos pesados". De verdad os prometo que les quiero regañar, a veces quiero darles un pequeño escarmiento y ponerles ese negativo que les prometí, pero luego los veo tan ricos..., tan pezqueñines...
Otra cuestión es que Sitel me debe dinero todavía y mi empresa de cosméticos también. Al final, me van a llamar Ebanizer el Usurero Primo o algo así, porque todo el mundo tiene deudas conmigo, pero no me molesto en cobrarlas. ¿Vaguería?¿Opulencia?¿Despiste?...Begoña, simplemente, Begoña, que nunca hace lo que debe hacer.
Por último, querría exponer una reflexión sobre el amor, que se me ha ocurrido en estos días en los que he decidido desvincularme un poco de las ataduras, pero es un poco tarde y Manu me espera para hablar. Nos vemos.
Espero vuestros comentarios
P.D.1. A Todos mis Alumnos de 1º en general y a Héctor, Alejandra, José, Miguel, Yurena, Sergio, Laura G., Laura R., Adrián, María, en particular, que para algo estos últimos me han sacado un sobresaliente.
P.D.2. Al Gran Jefe Vampiro Bruya por su 10 en mi asignatura y a toda la clase de 4ºde Diver en general, que son muy majos, hombre.
P.D.3. A José Luis, Nel, Manu S., Enrique, Julio, Manolo V., Javi (Mortha) y lectores habituales de mi blog por vuestros comentarios, en unos casos y, por animarme a seguir escribiendo, en otros. A Sergiazo, por pasarse por aquí a menudo y darme temas de conversación.
P.D.4. A mi Pequeña Prima Puchi. No me olvido de ti, esta semana voy a verte y nos echamos unas risas.
P.D.5. A mi Tita Panchi. (Te digo lo mismo que a tu hijita).
P.D.6. A Sory, Patri, César, Susi, Carmen y otros compis de Sitel para que sepáis que no me olvido de vosotros. Besos.
P.D.7. A Mí, que necesito sosiego. A Mí, que necesito desenfreno. A Mí, que necesito encontrarme por fin en el espejo sin más sombras que la mía.
P.D.8. A los que me han escuchado en estos días inciertos (Manu S., Julio, Enrique, Mami, Alumnos de 4º, jeje)
P.D.9. A mi bolsillo que me permite llegar a fin de mes bastante desahogada. ¡Gracias por no romperte como siempre!
A SANTI, PARA QUE TENGA PACIENCIA HASTA QUE BEGOÑA SE ENCUENTRE CON BEGOÑA. ENTENDERÉ QUE ESPERES, ENTENDERÉ QUE ABANDONES LA ESPERA.
PERO...LO NECESITO. SI NO, NO PODRÉ HACERNOS FELICES.UN BESO.