Acabo de llegar de fumar. El sol resplandece, parece que mis plegarias han sido escuchadas y que el aguacero a raudales me da una tregua. Sin embargo, algo ha cambiado en el ambiente. Hoy me he dado cuenta de que empieza a oler a invierno. Este otoño está siendo raro: O bien llovía sin freno, o bien hacía un calor casi veraniego. En realidad, no parecía que estuviésemos en noviembre. Pero hoy, pese al cielo extraordinariamente luminoso, el aire huele como la Navidad, como las vísperas, como las mañanas de colegio de hace unos cuantos años. Me da un poco de pena porque el frío empieza a sentarse en el trono que le corresponde y, dentro de nada, me congelaré en cualquier parte y tendré que andar con la mantita por la casa (con la calefacción no me basta). Después he subido a la sala de profesores porque mis manos empezaban a parecer una trucha recién sacada de la nevera y, como tengo una hora libre antes de enfrentarme cara a cara con los que ayer estuvieron en el Musical, aprovecho para colgar esas fotos con vocación de máquina del tiempo y también para saludaros y ofreceros una entrada que, como dice Toni, os merecéis.
Ahora toca hablar del musical: Mar y Cielo tiene una puesta en escena impecable, decorados coloristas y unos actores con grandes dotes para el canto y las acrobacias. El argumento de la obra se sitúa en el s.XVII español, durante el reinado de Felipe III, cuando los moriscos fueron expulsados de la Península. Muchos de ellos, por su penosa situación, se vieron obligados a ganarse la vida como piratas. El protagonista, Said, se enamora de una cristiana a la que tiene cautiva en un barco que durante casi toda la representación está en el escenario. Esta historia de amor prohibida, condenada a la fatalidad por la intolerancia de los cristianos y de los moros, es el centro del musical.
LO MEJOR: Los piratas, sus canciones y acrobacias; y el barco que navegaba en el escenario con una increíble naturalidad.
LO PEOR: La segunda parte resulta muy artificial y los protagonistas pasan de la indiferencia a dar su vida por amor en un segundo y sin razón aparente. Además la obra es muy larga y las canciones son un poco "ripiosas". También que mis niños se aburrieron porque no era una apropiada para un público adolescente, si bien les puede ser útil para aprender más sobre el Barroco español y sobre los códigos del honor y de la Limpieza de Sangre.
En resumen: que acabé un poco harta, sobre todo, de unos personajes muy brasas: los cristianos. Y bueno, estoy un poco triste porque los niños no van a tener un justo concepto de lo que es un musical. Ahora les quiero llevar para "desfacer el entuerto" al de Mecano Hoy no me puedo levantar, que es genial, divertidísimo y muy emotivo (mi tía me regaló una entrada en primera fila para mi cumple) o al de Fama, que creo que enlazará más con las inquietudes de los chavales. (Además, si les gusta la cutrísima "Upa Dance", cualquier cosa obra decente sobre una escuela de artistas, les parecerá mejor).
Os debo muchas entradas más y, sobre todo, una sobre las películas de miedo que he visto últimamente (que no tienen desperdicio porque son un desperdicio en sí) y sobre las series que me apasionan (he visto Prison Break en Fox y estoy traumatizada porque se ha acabado la primera temporada)
Ahora os temgo que dejar, hay gente esperando para el PC. UN BESO A TODOS, LUEGO VUELVO Y SIGO CON ESTA ENTRADA.